CONTENIDO DEL BLOG


10 de noviembre de 2007

de LA RESURRECCIÓN DE NERUDA, Taller de Letras, 1997




SUPERMERCADOS LETALES


Nosotros lo matamos. También nosotros
Con una legión de medusas
Y ante los mascarones. Frente al mar
En Isla Negra. Con todo el miedo
De tan callados. Maniatados. Impotentes
Incapaces de cantar al general Pinochet en los infiernos

Sepultos los precursores
¿Nos llorarán los zagueros?
(Pablo camina con ellos)

Nosotros los de hermanos silentes
¿Quiénes somos?
Nosotros, los sobrevivientes
¿Qué somos?

Ahora que pasamos los cincuentas
Nuestros hijos han crecido
Educados en el silencio. O con
el sortilegio de largos vanos ensayos.

¿Cuántos quedamos?
Ahora que sabemos corrompida la democracia
Que no nos veremos cara a cara ni con Leonardo
Ni con Whitman
Ahora que Ginsberg ha muerto
Que Neruda resucita en nuestra zaga

¿Es que somos verdaderamente pocos?
¿O nuestra simiente está podrida?
Porque estamos tullidos para la verdad
Y la justicia

Ahora que nos vemos amurallados
Por interminables mostradores de mármol:
Todo vuelve a estar en venta
Como en los supermercados
Con remeras del Che. Cuadritos de Lady Di. Náufragos y cómplices.



CLAUSURA

¿Cerraste la ventana?
Perderás el artificio de fuegos exteriores:
La piel de los duraznos
Vuelos del verano
Desvestido en la azotea del vecino

También habrás perdido
Tiempo de sirenas - bebés - informativos
Prado de antenas. El hollín
Tíos y tías de visita no esperados

Te quedan cinco llaves
La biblioteca
El plato con uvas. Húmedas todavía


PEZ

Atrapado en anzuelos de la realidad
Abandoné
Ficciones. Aguas tiernas de insomnio.
Imposible fabular modelos
Cuando es pescado el pez.
No más preguntas al vacío:
Hay que respirar, responder, educar
Ojos fijos, redondos
Y al muñeco de angustias
Darle sangre y barro nuevos de comer.
No se me permitan coletazos
Recaer en rebeldía
Alguna incoherencia
La sinrazón.
¡Hay dientes de león en el aceite!

CADENAS

Si somos acaso del flujo en las arterias
Tan sólo un átomo en la sangre
De quien conoce ser un punto
De sangre en otro cuerpo superior.

Si acaso en juegos infantiles se pulsan
Mareas invisibles en órbitas gigantes
Para otra raza de hombres - briznas

¿De qué sirven las ciudades
La juramentada carne?

Si es finito el hombre en eslabones
Del micrón al cosmos. Del grano
Al desierto insondable del olvido
¿En qué abismo final estalla la materia?

¿O son perpetuas las cadenas
La soldadesca invade puentes. Hay puertas
Candadas por la cifra que aún buscamos
Con ritos oscuros simuladores de asombro?

BESO

Clave-sin-copa. El beso
Esa brizna de arena copa a copa
Filo con flor contra-flor-al resto
Del mar el mar penetra.

Dos campanas enlazan sus badajos
Ambas copas estallan en el brindis
Del vino de Caná
Hoy primero: El final. El verdadero

Es beso del Lorraine-última-fila
Apenas alertado por linternas
O es beso desesperado: beso de taxi
Cuando la bruma muerde dentro y fuera
Y no al retrovisor

Es beso de zaguán-fugaz-esquina
En cruce de ventanas y visillos
O en baño de hotel. Ascensor. Playa
Al amanecer beso de hallazgo.
Y en plazas de invierno cuando el beso
Nace aterido y sube ardiente hasta
El mercurio o más alto.
Todavía hay besos sorprendentes

Y es esa la señal de Dios. Es este
El lecho. Esta la hoguera

Una historia de ardor puesta de bruces
Legisla. Impera. Multiplica:
Escaleras abajo caen besos
De la catedral de Leningrado
El juez besa su cruz. Firma y olvida.

O el beso irrumpe en reuniones de la izquierda
Vernácula (Es difícil
Distinguir el que besa del que es besado)

Es claro en la pantalla: Allen besa
A la hermana de Hanna y al espejo
De Diana: yo la beso y en su historia
De ardor ato mi hoguera.

HOMENAJES

Al alma de la hiedra y del recuerdo
A todos los manubrios de la tarde
Al cristal del océano en que espero
Y el reflejo de ayer que fluye en río

Al fuego y a la noche. Al humo. Al sueño
Al tacto temeroso al desnudarte
Al invierno de umbrales cenicientos
Al triángulo de luz que cuela y calla

A una sola palabra:
Al verso en vuelo
Al zumbido de avispas como ideas
A la tela de araña contra el viento
Al ardor de tu cuello entre mis labios
Al padre en la caverna: bronco y sabio

A la gota de acíbar y a la daga
A la eléctrica unción del pensamiento
A todas las monturas de la tarde
Al látigo del agua en cada puerto

Al que vuelve del sur y del exilio
Al que vuelve del cepo y del silencio
Al que grita justicia
Al que la otorga y
Al que aúlla en las sombras por el verbo

Al más tardado sol. El decisivo

MÁQUINA DE DIA

Yo me voy
Y se queda
Murmurando de bruces en la mesa.
Doméstico animal con versos de once
Flotando en la pollera.

Ella se queda
Por las tardes últimas:
Cráneo metálico - coraza - buque
Voz de metralla negra

Ella torna a vivir según mi espejo

Desde su boca de hojalata parto
Me interno en trenes como calles - diarios
Con forma de barquillos - papirolas
Cuando me voy
Sin ella
Caigo en el fondo inerme de teléfonos
En estanques con loros
Ínsulas de la nada y de las uñas.

Ella torna a vivir según mi espejo

Y al volver
Y estrecharla
Ella ardiente en la noche y resoplando
Su celo de arpa. Sus furiosas lenguas
Diagonales en hileras del teclado
Son sendas abiertas como sexos

Cuando vuelvo
Es de noche
Mi máquina comienza a hilar la luna:
En el largo poema de mis días
Un pie feliz habrá
Un verso blanco que adivino el último

Ella torna a vivir según mi espejo

INSOMNES

Cuando la noche se extrema
Naufragándonos la luna
Tan de negro
Tan desnuda
Susurrando a las mejillas
Silenciándonos discursos
Garras negras
Tenebrosas
Tentativas de la muerte.






No hay comentarios.: