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9 de septiembre de 2010

La edad de oro



¿Qué es entonces la frontera
Si no este intercambio
De suspiros/ Lágrimas y brisas
Amasados largamente
Y lanzados en diluvio?

Es esta cinta amarillenta
Que contiene el horizonte
Por donde lo esperemos.
Y al hombre/ A su energía:
Idea y corazón abiertos.

A la segunda aurora:
Esta senda de oro y seda
Que separa ayer y porvenir
Donde se reconoce
La antigüedad sobreviviente.

Porque respiran todavía
Grandes manchas escarlata
Pinceladas verde y amarillo
Que alumbran el ascenso
Hasta coronar un gran amor.

Mamá empuña sus esmaltes
Papá enciende el cigarrillo
Y silba un tango de De Caro.
Yo arrodillado: ato
Mis cordones y después
Vuelvo a levantar las medias.

Ir y volver son uno
Si se alcanza el fundamento.



(c) Carlos Enrique Cartolano
de A ojo y de oídas, 2010-2011

2 comentarios:

Marina dijo...

Este poema es maravilloso Carlos.

Carlos Enrique Cartolano dijo...

Gracias...