Amadas heridas nobles cascarones sangrados
De la memoria que fijan geografías. Filigranas
De la historia mapas que sujetan entre nubes
Y tierra ¿Desde dónde gobiernan al muñeco?
¿Quién blande espadas quién trae las vendas?
Sabia hemorragia de noche a filo de las luces
Tirana del insomnio emperatriz del terror juez
De la línea más delgada que evoca soledades
Y desierto. ¿Quién ve quién logra presagiar
En plena oscuridad? ¿Aciertan entre lágrimas?
Allí los barcos bogan sordas oquedades. Velan
Aquí las armas al pie de la muralla: por Helena
Y las riquezas. Las tiendas se vacían y el viento
Barre dudas. ¿Acaso apuestan por la muerte?
¿Sin rumbo quién alienta nortes y hogueras?
Sólo una mano sueña con néctares alambiques
Que destilan poesía: alma y labios húmedos
De vino empuñan carbón sus dedos y tiende
Puentes a la agonía. ¿Quién podrá someterla?
La heroína de los ejércitos asegura su victoria.
Monta un corcel de cabellos reales osamentas
Ciudadanas se alimenta de miserias y dolor. Va
Cantando y enamora la siguen bruma y miedos:
La palabra libera estirada al horizonte enciende
Ríos de sangre los hace brillar con soles nuevos.
© Carlos Enrique Cartolano. De Negro de hueso, 2012
2 comentarios:
Dejemos que la poesía siga destilando, no hay guerra ni miserias que pueda con ella, Carlos.
Abrazos.
Aquí las armas al pie de la muralla: por Helena
Y las riquezas. Las tiendas se vacían y el viento
Barre dudas. ¿Acaso apuestan por la muerte?
¡esplèndida poesìa!
Ha sido un placer leerte.
mis saludos
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