Así ocurre que el alimento de la estadística
guarda el orden del fuego y el estiércol…
Joaquín
Giannuzzi. Las condiciones de la época
–Demografía-, 1967
Más temprano hubieran llegado al vano las calandrias
Porque anotan ya registros de incremento de luz en
días
De veinticuatro horas. Pero mis despertadores con
picos
De marfil no vinieron seguro atajadas por los tres
grados
Bajo cero o el peso de mi edredón. Este conocimiento
Del numeral que ocasiona ardua consunción me retuvo
Filosofando en la cama: al fin de cuentas en este
sitio
Paso más de mil ochocientas horas al año mis espaldas
Aguantan todavía. Decidí quitar la etiqueta a un
frasco
De dulce para guardar arvejas y evalué probabilidades.
© Carlos Enrique Cartolano. De Leyes, 2012
No hay comentarios.:
Publicar un comentario