renuncie al avión será tren si hay y devuelva el
automóvil
será ómnibus o sólo bus
hay palabras que pierden letras
al cruzar fronteras será
este largo andar
de un dígito es la ruta a ciudades centrales
nunca pierda el amor en aledaños él parece evitar las
cercanías
después con carga de abrazos esos de la promesa
necesaria o mordisco en noches anteriores vuelva como
cuando
ingresa a lagunas de la espera y se sienta otra vez
a imaginar los brazos porque no hay otros sólo éstos
que la butaca individual del transporte parió
entre bostezos de campo sin alambrar y teros gritones
espejismos de hambruna falsedades que pinta el reflejo
de sus ojos al comprobar nueva mañana éso son los
otros renuncie
a la función motriz de la palabra porque ella siempre
va
alcanza a mirar oler saber pero no toca ni estrecha
gerundios y adverbios lastran vuelos de mayores
pretensiones
confórmese viajero del abrazo gírele ruedas a su silla
© Carlos Enrique Cartolano. Del riguroso delirio, 2012
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