compelido a
confiar en la cronología atribuí
al
tiempo dones de suma y resta/ ignoré en mi especie
aquel
círculo de frágiles espectros/ cuánticos señores
de
sentido y profundidades del idioma/ mucho después
los
supe/ comprobé sin edad el cuerpo que aún habito
los
secretos que pueblan la lengua de mi amante
y
repetí arabescos de sus manos sobre el pecho
la existencia es del amor/
sólo digo
de
mí cuanto la pasajera de interiores pudo comprobar
porque
ardemos en sólo una hoguera/ y nos baña
del
atlántico la misma caricia/esperas/ los nombres/ el culmen
de
pasión fundaron esa patria imaginada por dos sueños:
se
debe a la belleza en sus altares/ al juicio crítico del ser
y
siempre a la verdad/hoy sus huellas palpitan la forma repetida
©
Carlos Enrique Cartolano. Las dos formas del sueño que soñamos, 2017
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