la
sabiduría aun fragmentaria es riqueza:
así
llamo a esa habilidad bucal por contener
la
palabra ajustando el sueño/ un músculo
capaz
de migrar con aves patriotas del edén
o
llamo al fondo del poema/ él resiste siglos
de
silencio/y al oído atento aun de epitafios
al
propio laberinto por sobre el caos
a
la hierba que crece con orgullo a las
veras
del asfalto/ a un balcón para viento
y
largavistas/ a las lunas todas: esta de hoy
o
en mí/ las dolidas palideces de la noche
riqueza
es comunidad de artistas/ oficio
compartido/
sendas que cose la confianza
también
alas de arroyo en los tejados
manos
angostas sinfín si danzan la existencia
riqueza
es mirar/ ver todo en profundo
tal
como homero/ rico es el inconformista
para
quien no hay orden vertical ni único
la
riqueza consiste en medirse intensidades
con
el día/ sangre a sangre/ belfo a belfo
sólo
entrega quien supo recibir/y si ama
define
su pasión cuando acuna
bienquerida
con sus versos/ riqueza es verdad
el
culto al libro y su lectura/ propia tarea
y
el respeto
©
Carlos Enrique Cartolano. Las dos formas del sueño que soñamos, 2017
Ilustración: Planeta Vital (c)
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